jueves, 6 de noviembre de 2008

La culpa no es del borracho sino de quien le da el carro.

Es época de elecciones. Hay tantos problemas que al parecer los candidatos no tienen tiempo de tocar todos los temas.

Hasta ahora, por lo menos YO no he oído a ninguno hablar del problema de la Violencia vehicular que se está terminando con tanta gente como el hampa común.

El problema de los accidentes viales es bien complejo, necesita a atención de todo un equipo de profesionales como psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales, educadores, ingenieros, comerciantes, publicistas, políticos, penitenciaristas, abogados.

¿Porqué? Porque los involucrados necesitan ayuda psicológica, además de que se debería crear examen psicológico especial para todo aquel que opte por una licencia. El Estado debería redactar nuevas formas de “pagar” por el crimen cometido, como por ejemplo cumplir con labores comunitarias; allí entraría en el control y vigilancia un trabajador social; los educadores y junto con el Ministerio de Educación: hacer obligatoria la enseñanza de las leyes de tránsito y todo lo referente a seguridad vial. Los ingenieros en seguir exigiendo, vigilando y verificando el estado de las vías terrestres. Comerciantes y Publicistas: en unirse a las campañas educativas para prevenir accidentes; los políticos denunciando y haciendo que los distintos funcionarios a su cargo cumplan lo establecido por la ley, erradicando la corrupción; los penitenciristas y abogados se necesita para que unos discutan las leyes y aboguen por un sistema penitenciario adecuando para este tipo de crimen.

Esto se necesita urgentemente porque es una gran tragedia social. Las marcas que quedan en la conciencia para el resto de la vida son muy fuertes, y muchas veces, los involucrados no tienen la culpa de lo sucedido y aun un borracho, no tiene la culpa ¿en qué sentido? El Estado ha sido permisivo y corrupto con los crímenes de viales; los borrachos ven y ven que no pasa nada, que nadie los detiene, que hacen y deshacen, que más de una vez llegan bien a su casa, que no hay fiscales en las calles que los detengan… se sienten en libertad, quizás hasta le compró la licencia a un funcionario. El Estado los ha dejado ser y existir, los trata como hijos rebeldes y no como irresponsables y potenciales asesinos. En parte, la culpa no es del loco sino del que le da el mazo. La ley es represiva más no preventiva; Un guardia ve a un borracho manejado y le permite seguir en el camino porque su “deber” es solo detener a quien posea drogas, una vez que ese borracho mata a alguien, es que, si acaso, lo detienen. Todos ven como los imputados de crímenes viales salen bien librados, sin siquiera un juicio justo para el propio involucrado, sobre todo si tiene dinero, y si no tiene, con pasar un sustico pocos días en la cárcel los funcionarios se dan por satisfechos, a menos que a quién se le desgració la vida, sea un millonario: Justicia ciega pues. Para colmo no hay un seguimiento serio por parte del Estado, que determine cuantos “asesinos” potenciales están en las calles manejando, cuántos son simplemente chocadores de oficio, cuántos en realidad están en la capacidad seguir manejando un vehículo.

Cuando escribo sobre, discusión de una nueva ley, es que se plante pues, la posibilidad de licencias provisionales, por lo menos por diez años; de licencias para mayores de 21 años, y de sistemas que permitan a funcionarios de transito, requisar lugares nocturnos y retener el o los vehículos de posibles borrachos,

Un carro mata ¿sabían? ¿Les parece obvia la observación?, pues no lo es para quienes son vigilantes de hacer cumplir la ley, si la Ley estableciera que los carros son un ARMA que puede matar, entonces, hasta la venta de carros sería diferente, y los concesionarios tendrían un sistema para detectar el tipo de conductor o de licencia que tiene el comprador. Quizás así, la mentalidad de la gente pudiera ir cambiando poco a poco, pero en un Estado corrupto donde la permisología, la venta de carros sin ningún tipo de control de a quien se le está entregando, la venta de licencias, la falta de vigilancia y mantenimiento a las calles, por lo menos en este país, seguirá esta anarquía vehicular.

Cuando ocurre un accidente vial, se debería poder demandar a El Estado, a ver si así, de tanto dinero a pagar debido a daños materiales, físicos y psicológicos, termina de ponerse las pilas y cumple con su labor: velar por el bienestar de sus ciudadanos.

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Plegaria del Conductor

Adaptación de Paulina Rosenfeld, sobre la versión original del rabino Michael Graetz.

Espero tener la suficiente conciencia, responsabilidad y determinación que me guíe a llegar en paz a mi destino. Tener la humildad para reconocer que cada persona es un mundo entero y que no hay tesoro más precioso que la vida humana, no el tiempo ni el dinero.

Espero tener suficiente
CUIDADO, para cuidar la distancia
AMABILIDAD, a dar prioridad de paso.
CONCIENCIA, para frenar a tiempo.

Espero tener también la fortaleza para dominar mis impulsos de omnipotencia y competencia y que por descuido, ignorancia y arrogancia pueda hacer daño a mis semejantes o ser objeto de ello.

Porque formo parte de la sociedad y cuidando mis conductas, me cuido no solo a mí sino también doy paso para una sociedad mejor.