martes, 25 de noviembre de 2008

Un llamado a los nuevos Gobernadores y Alcaldes: por favor ocupence un poquito de la anarquía vial.

Hola a todos.
Este 23 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones regionales en Venezuela, donde fueron elegidos nuevos Alcaldes y Gobernadores de Estado.

Espero que estos cambios sean para el bien de toda la población. Así que aprovecho la oportunidad para pedirles a los ahora Gobernadores y Alcaldes que por favor se ocupen un poquito del problema de la Anarquía Vial que aqueja a todo el país, que de paso goza de una impunidad que da miedo.

Soy una ciudadana común que sufre cada día las terribles consecuencias de tener que usar un transporte público deficiente en todos los sentidos: autobuses en mal estado, sucios, pequeños, inapropiados; música a todo volumen, maltrato y abusos por parte de los transportistas, también, es lastimoso ver como maltratan a los ancianos y no respetan la ordenanza municipal donde exoneran a las personas mayores de 60 años a no pagar pasaje; el otro día mi abuelo se resbaló al tratar de bajar de una de estas chatarras, y el hombre ni se movió, lo dejó allí tirado con su dolor en la pierna. Mi abuela, también se resbaló en otra ocasión, porque el hombre arrancó sin esperar que ella terminara de bajar, quedando con rasguños en los brazos. Por otro lado, si uno va en su carro particular sufre por el mal comportamiento de estos “profesionales” del volante: se atraviesan, no respetan las paradas, hacen competencias entre ellos, crean caos y tráfico.

Se me ocurre, aquí, en mi ignorancia, proponer algunas ideas:
- Licencias especiales para los transportistas, las cuales deberán ser renovables cada año.
- Para renovar la licencia de conducir de un transportista, este debe realizar un examen psicológico, mostrar sus habilidades en manejo, hacer examen para determinar que conoce las leyes de tránsito y normas de seguridad.
- No aceptar transportes piratas.
- Las personas que ejercen este oficio, se les debería dar cursos de: manejo del stress, atención al cliente, manejo de conflictos y cursos constantes de primeros auxilios, seguridad vial, y Cursos de Manejo especializado donde se les enseñe de manera práctica a maniobrar con su autobús.

¿Les parece que exagero? Yo no lo creo. Mientras un médico cuando está operando en su quirófano, tiene en sus manos la vida del paciente, un transportista, desde que toma el volante, no importando la distancia que recorra, tiene en sus manos la vida de 30 personas, más o menos, pero es una cantidad de vidas importantes para que, en el pasar de los años, se le haya dado tan poca importancia al estado, situación psicológica y motora de quienes manejan este importante servicio público.

También, cuando me ha tocado ir de copiloto en un carro particular, me ha tocado ver como los peatones se lanzan a los carros sin importarles nada, veo como cruzan las calles a media cuadra, sin respetar la luz. He sido victima de los motorizados, o del sus que me ha causado algún tonto nuevo rico con su 4x4, lanzándome su camioneta sin ningún respeto ni responsabilidad.

Hago un llamado a los alcaldes y gobernadores para que impulsen el respeto a las leyes de transito por parte de todos los ciudadanos: peatones, particulares, taxistas, motorizados, transportistas y camioneros, además del muy necesario refuerzo que necesitan los vigilantes, fiscales y demás funcionarios públicos, en su la mejora de autoestima, valores y moral, para que comprendan la importancia que tiene el buen cumplimento de sus funciones para evitar más muertes en la vías.

Gracias y éxito a todos.

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Plegaria del Conductor

Adaptación de Paulina Rosenfeld, sobre la versión original del rabino Michael Graetz.

Espero tener la suficiente conciencia, responsabilidad y determinación que me guíe a llegar en paz a mi destino. Tener la humildad para reconocer que cada persona es un mundo entero y que no hay tesoro más precioso que la vida humana, no el tiempo ni el dinero.

Espero tener suficiente
CUIDADO, para cuidar la distancia
AMABILIDAD, a dar prioridad de paso.
CONCIENCIA, para frenar a tiempo.

Espero tener también la fortaleza para dominar mis impulsos de omnipotencia y competencia y que por descuido, ignorancia y arrogancia pueda hacer daño a mis semejantes o ser objeto de ello.

Porque formo parte de la sociedad y cuidando mis conductas, me cuido no solo a mí sino también doy paso para una sociedad mejor.