jueves, 28 de junio de 2018

Transporte público: Entre el extremo que se vive en Venezuela y lentos avances en otros países de la región.


El sistema de transporte público, es mencionado dentro de uno de los diecisiete pilares de los Objetivosde Desarrollo Sostenible que no son otra cosa, y se cita textualmente: Un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad. (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, consulta en línea junio 2018).  Los objetivos  que están más ligados con seguridad vial son el número 3 “Salud y Bienestar” y el número 11 “Ciudades y ComunidadesSostenibles”, bajo el objetivo 11 se nombra al transporte público, incluyéndolo dentro de las mejoras requeridas para  la  administración de ciudades sostenibles.


El mundo avanza en la búsqueda de una coalición para una vida mejor, mientras en Venezuela el tema de la movilidad se ha desbordado en un absurdo, inaceptable e intolerable caso.  El Estado y algunos funcionarios han abalado el uso de camiones como medio de transporte en detrimento de la seguridad de los pasajeros. Ya hay víctimas, hace poco en el estado Mérida, once fallecidos, entre los cuales se encontraban niños y adolescentes fueron víctimas de esta crisis, al volcarse el camión donde se transportaban.



La solución no es a través de una varita mágica, tampoco es otorgando en cada Estado del país un puñado de autobuses exportados, en algunos casos sin posibilidad de obtener a futuro repuestos, sin proyección a futuro, sin equipo técnico que sepa reparar algunos de esos autobuses importados,  cuando por el uso pidan mantenimiento, no es una solución tampoco, multar  al transportista cuando las reglas del juego no están claras para ninguna de la partes que forman parte del sistema de movilidad y se aplican en solitario, aisladas y sin una política clara del qué, para qué y por qué. El caso de Venezuela es aberrante, injustificable e indigno, porque se está violando el derecho al trabajo, a la vida, al libre tránsito. No hay control en equilibrio para todas las partes, miles de bolívares invertidos en “soluciones” que nunca han sido tales, criminalizando a un sector desde siempre abandonado, desatendido y falto de control y sometiendo a la población al riesgo, la angustia y limitaciones.  En Venezuela se pueden observar elevados a la potencia lo que la corrupción, la falta de políticas públicas, la anarquía e improvisación hacen en todo un sistema de vialidad.  Situaciones extremas como estas, deben estar bajo el ojo de todos, con el único fin de no volver a cometer los mismos errores.

Recientemente participe en un chat latinoamericano donde intervienen diversos profesionales especialistas en diversidad de áreas con diversidad de experiencias, todas relacionadas con la vialidad y presenté el caso venezolano, no sólo por Venezuela en sí, sino para que se hiciese un ejercicio de observación de lo que está sucediendo en la región.  Del debate se concertó que  algunos de los problemas que se presentan por lo menos países como Venezuela, México y Ecuador (los especialistas que participaron, fueron principalmente de esos países) eran los siguientes:

  • Se debe mejorar el Diseño de unidades.
  • Mejorar la educación de chóferes y sus condiciones laborales.
  • Educación de usuarios.
  • Eliminar la improvisación tanto en la puesta en marcha de sistemas de transporte como en la infraestructura.
  • Se evidencia una desmovilización ciudadana para exigir mejores condiciones de movilidad.
  • Falta de voluntad e inversión gubernamental.
  • Corrupción.



Por ejemplo, en lo referente a la mejora del diseño de las unidades, el argumento lo presentó Francisco de Anda, desde México:

El diseño debe proveer la mejor visibilidad, con mínimo de ángulos muertos, para proteger de atropellamientos a los usuarios vulnerables. Monitores de ángulos ciegos podrían tener también”. (15/05/18 Chat WhatsApp).

El debate agarró calor cuando se empezó a señalar alguna responsabilidad por parte de los choferes  ante los siniestros viales, Noe Ortíz, escribió:  Yo los considero responsables – a los choferes -  desde la óptica mexiquense en diversos aspectos, porque son ese eslabón que une el aparato político administrativo de la movilidad urbana con la ciudadanía (usuarios) Ya que son ellos quienes prestan de manera directa el "servicio" y que a través de la concesión, se les otorga una representatividad gubernamental ante los usuarios, son ellos quienes enarbolan un buen o mal servicio, un bien o mal comportamiento vial, son ellos quienes en mayor o menor medida ponen en riesgo a los usuarios o les presta el mejor de los servicios, son ellos quienes dan la cara del aparato gubernamental.  Como lo indico arriba, son ese eslabón de conexión más no implica que sean los únicos responsables pero desde una perspectiva cualitativa, es a ojos de los usuarios,  los conductores son los mayores responsables.

De Anda y Dana Corres, también desde México, sostienen que el chófer de la unidad de transporte público, y parafraseo, se les hace responsables porque son el eslabón más débil, convirtiéndolos en víctimas del sistema, siendo que, su responsabilidad es menor comparada con el siguiente orden de prioridades:

a) La infraestructura b) El gestor del sistema (el Estado).

Otro dato interesante que agregó De Anda, fue el siguiente: "En México, una de las grandes causas de todo el problema es el sistema de cobro-pago que sucede en todos los países latinos. Los operadores ganan por pasajero transportado y no por viaje o km recorrido. Entonces compiten por levantar pasaje".


Desde Ecuador, Wester Vinueza,  aportó el tema de la corrupción como uno de los factores que están mermando soluciones viales, transcribo: Los gobiernos por lo general tienen compromisos con los gremios del transporte, industria automotriz y comercializadoras de vehículos y por su puesto con las escuelas de conducción. Lo que les resta poder de decisión, de realizar auditorias  o reformas que afecten los intereses económicos de estos poderes ocultos.

Se ha mostrado aquí solo una pequeña parte de todo el debate. En el proceso de intercambiar experiencias, además de puntualizar una serie de debilidades  en lo referente al transporte público, quienes participaron aportaron las siguientes soluciones:

  • Planeación integral a largo plazo, sin filiación política y con transparencia de manejo de recursos.
  • Observatorios de Transporte Público.
  • Mantenerse actualizados en la materia.
  • Difundir conocimiento de la movilidad sostenible en unión ciudadana con ONG para exigir cambios a los distintos gobiernos.
  • Mejoras de las condiciones laborales.
  • Mejorar las concesiones.


Existe el talento, existe el material, están los elementos, herramientas y experiencias de varias regiones del planeta que se pueden estudiar para su posible aplicación en pro del beneficio colectivo.

Se requiere a parte del compromiso político, el compromiso gremial, ético y moral de todos los que participan en el diseño de obras públicas, legislación, atención de la cosa vial.


Plegaria del Conductor

Adaptación de Paulina Rosenfeld, sobre la versión original del rabino Michael Graetz.

Espero tener la suficiente conciencia, responsabilidad y determinación que me guíe a llegar en paz a mi destino. Tener la humildad para reconocer que cada persona es un mundo entero y que no hay tesoro más precioso que la vida humana, no el tiempo ni el dinero.

Espero tener suficiente
CUIDADO, para cuidar la distancia
AMABILIDAD, a dar prioridad de paso.
CONCIENCIA, para frenar a tiempo.

Espero tener también la fortaleza para dominar mis impulsos de omnipotencia y competencia y que por descuido, ignorancia y arrogancia pueda hacer daño a mis semejantes o ser objeto de ello.

Porque formo parte de la sociedad y cuidando mis conductas, me cuido no solo a mí sino también doy paso para una sociedad mejor.