¡Qué tema! Lo voy a abordar desde la experiencia personal,
desde la visión de las personas que tengo alrededor, y pretendo mostrar una realidad que me ha
tocado vivir, por tanto, no lo hace una experiencia universal, ni una tendencia
nacional. Esperaría contar con la
intervención de los lectores y saber si, esto solo me pasa a mí, si es pasa
solo en Porlamar, en Margarita, en Venezuela o en las antípodas del planeta.
1era. PARTE
En lo personal:
Llevé mi camioneta a que se le
hiciera el motor en Octubre de 2013. La
llevé con ese mecánico, después de investigar mucho para poder decidir por la mejor
opción precio-servicio; la camioneta me fue entregada a penas el pasado mayo de
2014 luego de visitas y llamadas constantes, ir por mi cuenta a buscar los
repuestos, pasar horas con el mecánico; corrí con suerte – en la segunda parte
de este tema diré por qué - . Si, corrí
con suerte, está rodando y luego de un mes, no he tenido que regresar al taller
para hacer valer algún tipo de garantía.
Se podría decir que para lo que he visto a mí alrededor, siendo el colmo
de la demora y desatención, mi caso fue suerte.
No es la primera vez que paso penurias para solucionar cualquier
problema mecánico de mi carro.
Antes de toda esta crisis de
falta de repuestos, cauchos, y demás artilugios automotores que agobia a la
Venezuela actual, ya en Margarita era
una tragedia que se te detuviera el auto un viernes o fin de semana. Más de una
vez me pasó que para arreglar un problema eléctrico que se presentaba
justamente un jueves o viernes por la tarde, recorrer media isla y quedarme sin
encontrar quien quisiera trabajar, era la norma, no importa que ofreciera
villas y castillos, pagara el taxi ida y vuelta me quedaba con mi camioneta varada
hasta el lunes. El infortunio de hoy día, por la falta de cauchos
en el mercado, es una de la nuevas desventuras
de los conductores neoespartanos y visitantes de la isla, en el pasado
reciente, ¡cuidado sí que te quedabas sin neumáticos (por cualquier motivo) un
sábado!, no ibas encontrar ninguna cauchera que te asistiera ese día, ¿Y
ponerles aire? Ya hacía tiempo que la mayoría de las gasolineras no prestaban
ese servicio, esto, repito me pasó a mí, le pasó a familiares, y amigos que visitaban
la isla. ¿Te pasó a ti también?.
Otra experiencia negativa con un
mecánico que viví en carne propia, fue la siguiente y una de las que considero
más grave: Como sabrán quienes tienen vehículo, los frenos ameritan mantenimiento,
había encontrado un lugar cerca de casa donde me habían hecho un buen
trabajo. Es un taller especializado en
frenos, está el dueño o el mecánico en jefe por decirlo así y tiene a los
empleados a quién asignar los distintos conductores que piden el servicio, a
uno de ellos, un señor mayor, luego de hacerme el trabajo, le dejé propina. Al poco tiempo, digamos, seis meses,
regresé porque al parecer tenía que cambiarle una pieza a los frenos. Vi al señor que me había atendido la última
vez y con gusto acepte que me atendiera.
Le dije: -yo tengo una pieza allí que creo es la que le hace falta- y se lo mostré. Me indicó que ese repuesto era para la rueda
izquierda y no servía para la derecha, en eso pasa el dueño del negocio, oyó el
asunto, y me pide el repuesto, lo
examina y me dice: -¡si vale, fulanito, esto es fácil, allí está la
herramienta, si se puede usar!-, lo tomó, lo llevó adentro, le realizó un
cambió y lo mandó a colocar. ¡Perfecto hasta el sol de hoy! El hombre aquel, que podría ser mi papá, que
debería ser símbolo de honradez, profesionalismo y respeto, con el que tuve la consideración
de apreciar su atención dándole una propina, me iba a realizar un trabajo mediocre para que yo tuviese que regresar a
darle más propina, porque eso era lo que iba pasar, si él no le colocaba el repuesto que yo le estaba dando. ¡PELIGROSO! , como toda mala praxis, la de los mecánicos no trae
menos problemas y consecuencias, es más, pueden costar la vida. Con los frenos no se juega.
Esta historia continuará...
Mich
Junio 2014
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