Los venezolanos suelen tener una pata pesada cuando transitan por las carreteras del país. Esto es, van rápido, van volaos, van soplaos. Como quiera ponerlo.
Aunque durante muchos años hemos tenido una infraestructura decente, la verdad es que se ha quedado corta ante el crecimiento de carros, y las mejoras en su desempeño y velocidad. Esto hace que las carreteras puedan ser peligrosas en algunos puntos.
Lamentablemente, y quizás por la misma razón que van rápidos, no le hacen mucho caso a los avisos de que las curvas son peligrosas. Es por ello que se han apelado a avisos cada vez más fuertes. Hasta ahora la fuerza sólo había sido en las imágenes, presentando choques fuertes y cosas así. El plan del Estado Cojedes ha ido un paso más allá, transgrediendo la moral de los genitales y colocando un lenguaje más bien… claro y directo.
Para los que no son venezolanos, la palabra arrecho tiene una connotación muy distinta a la que podría haber en Colombia, o en otro lado. Es una fortuna que la Real Academia Española lo reconozca.
Gracias a Cirofono por permitirme publicar su texto en mi blog.
Att. Mich.
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